lunes, 5 de octubre de 2009

Cuentos de cuna


Cueva rosada, piel de durazno. La manito de Gabriel acuna un conejito naranja de ojos acuosos mientras le habla de todas las rondas que se arman en las noches titilantes, y de las arienes que vienen a besar a los niños en sus cunas.

El conejito lo escucha.

Gabriel le cuenta también lo que le cuenta su mamá, que el día en que nació vino una sílfide a jalarlo de la cabeza para que saliera más rápido. Después de eso sintió mucho frío, tanto, que le hizo pichí en la cara al doctor. 


De la serie “Sapos y Princesas”

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