
El instructor desplegó el parapente en el pasto. Me calzó unos arneses como silla; él iba detrás.
Me explicó que cuando dijera "lista" yo tenía que caminar ladera abajo de la montaña y luego correr un poco hasta terminar tirándome al vacío.
Tratando de no pensar y tragándome los nervios, lo hice.
Todo fue muy rápido y cuando quise acordar ¡ya estaba volando!
Planeamos sobre el lago Atitlán, rodeado de montañas y nubes, esa penumbra que envuelve a Panajachel y le da un toque nostálgico.
De la serie “On the road”
No hay comentarios:
Publicar un comentario